jueves, noviembre 22, 2012


LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

HADA REFULGENTE

 

Óscar Wong

 

 

Con gracia etérea, con sutil delicadeza, Ella mueve sus manos como las hadas cuando agitan sus alas. Hay una cadencia luminosa en sus brazos y manos que se activan como un vuelo circular  Y sus dedos largos, finos, se mueven rítmicamente e imitan el boxeo celestial. Ligera, grácil, su voz es un gorjeo transparente, una gota sonora, humedecida, que fertiliza el corazón del Hechicero. Si existen seres maravillosos, Ella, definitivamente, tiene su origen en ese territorio mágico, fantástico, lejos del ámbito terregno.

            Su clara resonancia dialoga de la vida, de la lluvia, del dolor en racimo superado, de su entereza ante los obstáculos que se presentan. Puntillosa, argumenta, define, clarifica. Su conciencia lunar creadora, vuelve a gestar, y a parir, la renovada sabiduría solar femenina.

            Yo me adentro en sus ojos, en sus labios, en su esbelta figura. Me estremezco cuando toma mis manos con húmeda delicadeza. Luego acaricia mis mejillas. Entonces simplemente la contemplo. Ella también me observa largamente. Y, sin advertirlo, de pronto levitamos.

 


 

miércoles, noviembre 21, 2012


LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

TRAS LA LLUVIA, EL MUTISMO

 

Óscar Wong

 

Desnuda, desprotegida, el alma empieza a tomar la condición de frágil. Y empiezan los embates. Y el dolor se vuelve pesadilla. “Efialtes”, precisa Borges, conocedor del griego, o “incubus” según el latín. La vieja yegua de la noche empieza a dar de coces, oprimiendo el aliento. La “Nightmare” también se vuelca a pleno día, a todas horas. Y el Corazón del Hechicero se debilita porque esa “interminable aspiración irreductible de lo absoluto”, el vacío, acecha como angustia existencial.

“Quien lo probó, lo sabe”, alcanza a murmura el viejo Quevedo. Y el “hielo abrasador”, el “fuego helado” arremete como búsqueda trágica en ese húmedo torbellino, en esa vorágine lluviosa en que se metamorfosea la vida, “como una nota que florece en las alturas del vacío”, según Huidobro.

            Oquedad luminosa, reverberante, la absurda nada que pretende ser henchida por la oralidad divina, por ese Logos resonante que interpola el vértigo cósmico, el preciso infinito que –en apariencia– cobra realidad, ahora simplemente se me niega. Sí, definitivamente el Amor, como la pesadilla, se vuelve grieta del infierno. Y por eso ahora enmudezco.

 


 

 

domingo, noviembre 18, 2012


LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

¿UNA MORDIDITA?

 

Óscar Wong

 

 

Desde su dinámica inmovilidad, las palabras estallan con sencillez: “Oh, sí. Sí lo soy”, mientras los finos dedos, largos, atrapan con delicadeza una manzana gala. Y la interrogante brota inmisericorde: “¿Una mordidita?”. La picara serenidad destaca en ese rostro luminosamente bello. El sombrero de pico –negro, por supuesto–, resalta la cabellera que simula el ala de un cuervo. Bruja, maga o hechicera, la mujer se eleva desde su caracola, transformada en sirena o lamia, acaso valkiria que revela su antigua iniciación. De Héva o Chavah, de Aggarath a Mochlat y Aisa, las dos reinas de las astregas –Lilith y Nehema– se concilian en Ella. Las esferas celestes son sus místicos dominios, el ámbito infernal representa el escenario ideal para sus rituales y el territorio terregno conforma el linaje cotidiano para sus encantamientos. ¿Quién desea, entonces, soportar un gramo de sus tinieblas?

Si la Bleaudewed “despedaza” hombres, la yegua y la cerda hacen realidad sus hechizos y conjuros. La Nighmare asedia en sus dibujos. El graznido de Hécate viene y apacigua a las brujas de Tesalia; no obstante, dicen los estudiosos, el Amor instaura el Orden y la Belleza, manifestado en la explosión sexual. De manera que la mirada de MiBru roba el alma, seduce, provoca la muerte, arroja al abismo a los que caen perturbados por sus encantos.

MiBru, poeta y ama de casa, escribe ahora y yo la percibo plenamente: “Cuando yo escucho el bambú hojas de verde mar que se mueven como un cardumen bailando de un lado a otro, bajo los caprichos del viento que a veces los azota contra los troncos, otras los mece suavemente–, me detengo a disfrutar cada instante de la melodía, a veces una canción de murmuros y silbidos. A veces es un mar feroz, otras un mar alegre, otras es apenas un arroyo que va remolcando piedras en su lecho. Otras es un escándalo de pájaros que lo habitan: algunas es una batalla de espacios y otras es la persecución de los polluelos a sus padres, chillando por alimento. Pero entonces, tengo que ver... Y prefiero no ver; escuchar no me distrae y puedo ver adentro, con los ojos cerrados, las imágenes fantásticas que el bambú me da cuando es agua verde en mi ventana”.

 


 

 

LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

LLUVIA, SENCILLAMENTE LLUVIA

 

Óscar Wong

 

“Es lluvia, gotas de lluvia”, cantaba Enrique Guzmán allá por los años 60. Los chavalillos de esa edad –llamada ahora tercera– seguramente la recuerdan. O aquel filme clásico, “Cantando bajo la lluvia”. El tema llega a la poesía: desde Bécquer a Huidobro, de Sabines a Girondo, de Neruda a Pedro Salinas. Pero en esencia, la lluvia, en tanto agua, es uno de los cuatro elementos.

Humedad, fecundidad, son, entre otras cualidades, aspectos imprescindibles. El agua devora la tierra, extingue el fuego, se eleva hasta el aire, metamorfoseada en lluvia y vuelve a la tierra para fecundarla. Si bien la tierra es la base de todos los elementos (Madre primordial, es capaz de engendrar todas las cosas pues encierra la simiente de las mismas), el fuego la purifica. Dos signos con tales características (ying y yang), se complementan: mono y rata, en el calendario chino, por ejemplo, se perfeccionan, puesto que agua y tierra producen el alma viviente.

Si las pasiones del alma tienen una gran virtud, las Palabras y los Nombres de las cosas (y de las personas, agregaría) las tienen en grado sumo, de manera similar a los discursos y a las plegarias. Por supuesto que para ello hay que recordar, según el autor de “Filosofía oculta”, que hay dos clases de logos: la palabra interior (concepción del espíritu) y la palabra pronunciada (con la cual cobra realidad el espíritu). Por lo mismo, los nombres tienen en sí las fuerzas maravillosas de las cosas.

A través de conjuros e invocaciones –“poemas apropiados”, precisa Agrippa– se atraen virtudes excelentísimas y se cambia el mundo. El Nombre es destino. Por eso, si una mujer se llama Lluvia, automáticamente su presencia se vincula a la vasta esfera del encantamiento, de su poder concentrado. Nombre arquetípico, transformador, Lluvia transfigura la naturaleza misma del poema y del poeta.

 


 

 

sábado, noviembre 17, 2012


LAS “ÍES” BAJO LOS PUNTOS

JARDÍN DE PÁJAROS

 

Óscar Wong

 

Devastación y polvo. Y después la pesadumbre. El piar de pájaros resuena desolado. Y el Edén de aves pasa a ser un simple llano, un terreno que aguarda nuevas construcciones. La civilización avanza, devastando árboles, destruyendo el entorno, abatiendo el oxígeno. Ardillas y mariposas en el olvido yacen. Y la hechicera, con el sollozo contenido, sólo atina, como esos pajarillos huérfanos de su nido, a revolotear tras los cristales de su hogar.

            Sonora rosa en plenitud, la levedad de la mañana se aloja en el corazón de la Mujer que habla con la lluvia. Y en su alma la congoja crece, la savia inútil que se pierde en cada tronco, en cada rama, en cada raíz que se derrumba. La existencia entonces se detiene reprobando el zarpazo artero, el instante más violento que una Hija del bosque puede soportar. Y el llanto se vuelve una ventana abierta a la catástrofe, por donde el dolor penetra.

            Ahora sólo se percibe el sonido del bambú, como transparencia verde que se abre a la mañana. Y entonces surge la pregunta: ¿cómo rescatar la existencia, la vida misma que se abre como una intensa flor abierta al mundo?

            Mientras la barbarie se impone en todo su esplendor, El jardín de pájaros de MiBru ahora es un recuerdo que se apaga.

 


 

 

 

miércoles, noviembre 07, 2012


LA ESTÉTICA LITERARIA: IMAGEN Y EMOCIÓN


CURSO DE INTERPRETACIÓN HISTÓRICO-LITERARIA


 

*La Poesía como expresión de la realidad

* La emoción convertida en imagen

*Fantasía e inteligencia: dos formas de conocimiento.

 

Al igual que la civilización, la Poesía tiene su origen en los pueblos orientales. Como expresión estética y comunicativa, constituye un espacio, un territorio donde las palabras y las frases se transforman en sentimientos y en emociones. A través del contenido rítmico se penetra a un universo, a otra dimensión, donde el poeta, metamorfoseado en mago o hechicero –puesto que nace con ese don– extrae la realidad y la modifica. Por supuesto que se parte de los cuatro sujetos o protagonistas dentro del ciclo de la obra de arte, para advertir el fenómeno poético. En el terreno de la lírica, los temas a discutir son relevantes: voluntad estética y originalidad expresiva como acto constitutivo de valor. Lo sublime, como sentimiento de belleza profunda, acompañado de una sensación de estremecimiento y que infunde respeto: lo bello, engendra amor. Lo apolíneo frente a lo dionisíaco. La imagen emotiva, con una finalidad expresiva y estructural frente a la belleza como un juego libre e irracional. El arco y la lira, de Octavio Paz, es el libro base de este nuevo curso denominado La Estética literaria: imagen y emoción, que inicia el sábado 10 de noviembre, de 10 a 12:00 Hrs. hasta completar un trimestre (12 sesiones). Para informes e inscripciones escribir a: merddin48@hotmail.com No se repondrá ninguna sesión.