LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS
HADA REFULGENTE
Óscar Wong
Con gracia etérea, con sutil
delicadeza, Ella mueve sus manos como las hadas cuando agitan sus alas. Hay una
cadencia luminosa en sus brazos y manos que se activan como un vuelo circular Y sus dedos largos, finos, se mueven
rítmicamente e imitan el boxeo celestial. Ligera, grácil, su voz es un gorjeo
transparente, una gota sonora, humedecida, que fertiliza el corazón del
Hechicero. Si existen seres maravillosos, Ella, definitivamente, tiene su
origen en ese territorio mágico, fantástico, lejos del ámbito terregno.
Su
clara resonancia dialoga de la vida, de la lluvia, del dolor en racimo
superado, de su entereza ante los obstáculos que se presentan. Puntillosa,
argumenta, define, clarifica. Su conciencia lunar creadora, vuelve a gestar, y
a parir, la renovada sabiduría
solar femenina.
Yo me adentro en sus
ojos, en sus labios, en su esbelta figura. Me estremezco cuando toma mis manos con
húmeda delicadeza. Luego acaricia mis mejillas. Entonces simplemente la
contemplo. Ella también me observa largamente. Y, sin advertirlo, de pronto
levitamos.