lunes, abril 22, 2013


LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

CANTO DE LA GOTA DE AGUA

 

Óscar Wong

 

 

En el cuarto mes del año Ella descubrió su vocación de hada. Y con lozanía decidió renovar el crecimiento de la tierra y así entregar la magnificencia de la Diosa. Con paciencia mezcló la memoria y el deseo, removiendo las raíces turbias e hilando con floraciones de agua la heredad baldía. Emocionada, tierna y condescendiente, ascendió sobre el oleaje y renació entre la espuma. Y por lo mismo Aprilis los romanos la llamaron y los griegos Aphrodíte. Y recordó el día cuando el unicornio hizo surgir de la roca una fuente de borboteante vida y se esparcieron semillas de peligro: mientras las aguas irradiaban su humedad fertilizante, también se filtraban por las fisuras tenebrosas y goteaban hasta cavernas secretas y ardientes, entrelazándose en las raíces de los montes. Contener el crecimiento de lo oscuro es su trabajo y por eso, Eliot, Abril es el mes más fiel del año.

            Desde el sueño y el misterio, el Hechicero observó la medianía de los hombres. Y contemplando al unicornio sentenció: “Aprenderán a cantar sólo cuando beban de los ríos de silencio”. Ella sonrió, pues aquellos la ligaron con Aperio ("abrir"), porque es cuando se abre la primavera. Y significa apertura, amplitud, luz que proviene del ensanchamiento (“la alegría de la primavera”). Y “los pocos sabios que en el mundo han sido” la vincularon con el verbo aperire (“abrir”), por la supuesta forma aperilis, seguramente porque en este tiempo la Primavera abre la tierra, las flores, etc. A esta idea se unió el poeta Ovidio; aunque no hay fundamento etimológico que lo sustente. Otros propusieron el griego aphrós (“espuma”), a través de la forma aphrilis, nombre que guarda un parecido con Aphrodíte (sin embargo los romanos la llamaron Venus) porque lleva implícita la palabra espuma.

 


 

LAS “ÍES BAJO LOS PUNTOS

SU FLOR, LA MARGARITA

 

Óscar Wong

 

 

“Bajo esta roca roja sólo hay sombra y en un puñado de polvo el miedo crece. Entra bajo la sombra de esta roca roja –continúa murmurando aquel poeta– y te enseñaré algo diferente: tanto de tu sombra caminando por el alba tras de ti como de tu sombra por la tarde subiendo a tu encuentro”. El Hechicero mueve la cabeza. En las sombras, ciertamente, crecen semillas de quebranto. No obstante, durante el equinoccio, cuando el rayo de luz abate las inundaciones, cuando los días se hacen más largos que las noches y el sol llega a la virilidad, Ella deslumbrante asoma.

El origen de su nombre es inexacto (aunque su piedra es el diamante y su flor, la margarita). Azul, Gota de luz, acaso Maga azul, le digo. Pero rocío y humedad entrega. Y las advocaciones continúan: Aperio viene: recibe el sol en primavera. Puerta franca de la renovación, Aphrilis llega. Regocijo de la floración Aphrodíte es.

Entre el aliso y el sauce –árbol consagrado a los poetas–, ahora busca la morada de las Nueve Musas: barcas y remos conducen al Espíritu del Año por las aguas, hacia la tierra seca. Y porque mezclando memoria y pretensión ocurre la ceremonia de Walpurgis durante la noche del 30 de abril hasta el amanecer del 1 de mayo– y remueve raíces turbias con lluvia de primavera, fecundando hilos de la tierra yerma, Abril –amigo Eliot– es la época más fiel del año.

 


 

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